[ Ignacio Escuin Borao ]
Los perros tienen ese algo que les hace
comprender que cada bienvenida ha de ser la
más especial y cada adiós el más desesperado,
el más triste. La verdad de los perros es vivir
cada instante como el único instante, la verdad
que también comparten los gansos, estos por
no ser capaces de más. Perro y ganso
me siento, perro y ganso soy al mismo tiempo.
Perro y ganso en cada calle y al soportar el
peso, el peso del aire y del agua en mi cuello,
el peso cien veces, mil veces, mil doscientas
veces tu peso sobre el mío. La verdad de los
perros y los gansos es aquella que instruye
sobre alterofilia, sobre cómo levantar a cada
instante el peso del agua, el peso del aire.
Perro y ganso por lo simple y lo primario,
perro y ganso los dos en uno. Vivir así es más entretenido (y valiente, creo).